Reputación. Si eres un ardiente manifestante o prefieres el status quo, es difícil negar que la sociedad está rápidamente pasando el poder a la gente y a la vez lo está alejando de las instituciones tradicionales. Los políticos populistas se están apoderando de la desconfianza hacia lo establecido, el movimiento #MeToo está tomando medidas enérgicas contra el mal uso del poder de los hombres, mientras que la reciente prohibición de las cañitas de plástico muestra el poderoso efecto de una campaña coordinada en redes sociales.
Todos estos movimientos tienen una cosa en común: Internet. Nunca antes tantas decisiones tan grandes han involucrado a tanta gente; nunca antes los individuos han tenido un poder tan efectivo para presionar por el cambio…
Y esto apenas comienza.
Sin embargo, el desafío para muchas empresas es garantizar que las prácticas de hoy no socaven su reputación de mañana. La historia es bastante desagradable para quienes toman decisiones contrarias a la moral moderna. El hecho de que sea una práctica aceptable y legal hoy, no significa que las generaciones futuras no critiquen tu reputación. Basta con mirar la publicidad sexista de los años 50 para probar lo que quiero decir.
Si bien ninguno de nosotros sabe exactamente cómo nos juzgará la historia, no tenemos que mirar muy lejos para tener una buena idea al respecto. Desde nuestra inacción sobre el cambio climático hasta la continua prevalencia del sexismo y el racismo, puede que no pase mucho tiempo antes de que la sociedad nos vea con incredulidad.
Con los anclajes morales cambiando tan rápidamente, es difícil saber qué pueden hacer las empresas para garantizar que su reputación futura no se vea empañada. Sin embargo, hay algunas cosas a considerar si quieres estar en el lado correcto de la historia:
1. Imagina los titulares
La privacidad se está convirtiendo rápidamente en una noción pintoresca del siglo XX. En los últimos años, los equipos de vigilancia han pasado del ámbito de la ficción espía a la realidad de la vida cotidiana. ¡Solo imagina la información que estará disponible públicamente dentro de una década!
¿Sobreviviría la reputación de tu negocio a semejante asalto a tu privacidad? ¿Qué sucedería si cada decisión que tú o tu equipo tomen apareciese en la página de inicio de CNN? ¿La gente todavía compraría tus productos? ¿Los inversores mantendrían sus intereses en tu negocio?
La única solución es actuar con empatía en cada coyuntura. Si tu intención es noble, la sociedad del futuro perdonará pequeños tropiezos en el camino y tu reputación no sufrirá daños.
2. Algunas cosas no son negociables
La mentalidad de los ochentas, como al del personaje Gordon Gekko, sobre un perro se come a otro perro no funciona bien en la sociedad actual, mucho menos en la sociedad del futuro. La economía simplemente no es un juego donde para que unos ganen los otros deben perder. Negociar para maximizar las ganancias a expensas de los usuarios, clientes o socios causa una pérdida neta para la sociedad.
Además, esta búsqueda de ganancias a corto plazo engendra el tipo de crecimiento insostenible que ha estado impactando a las economías y envenenando nuestro planeta. Creo que si reformulamos la manera en que abordamos las negociaciones para incluir el contexto social y humano más amplio, podemos tomar decisiones que impacten positivamente en el mundo en lugar de solo enfocarnos en el resultado final.
¿Puede ayudar pensar estas decisiones como un ejercicio de marca a largo plazo? Es posible que no veas resultados inmediatos, pero puedes apostar a que los compradores del mañana evitarán a las marcas poco éticas.
3. ¿Tus decisiones pasarán el escrutinio en 20 años?
Hablando de marcas poco éticas, espero que el próximo movimiento #MeToo probablemente provenga del mundo de los trabajadores explotados. Los que sufren en silencio en talleres y minas serán los guerreros del teclado del futuro… y no serán amables con sus antiguos empleadores explotadores. Tampoco se trata solo de los derechos de los trabajadores. Un gran número de empresas también están explotando el medio ambiente, particularmente en regiones en desarrollo.
¿Cómo reaccionará la gente de América del Sur cuando su selva haya desaparecido? ¿La gente de Borneo estará entendiendo a las compañías de aceite de palma cuando los orangutanes se extingan? ¿Qué hay de los cientos de millones de personas en el Medio Oriente y África que han sufrido por petróleo y minerales?
Es fácil imaginar un momento en el que los empleados son los que tienen que rendir cuentas a sus empresas. Los informantes que filtran datos tienen más oportunidades que nunca, y es difícil ver que esta tendencia vaya a disminuir. Pero no solo las organizaciones serán señaladas. Se nombrarán a tomadores de decisiones, se arruinarán su reputación.
Las compañías parecen estar intentando adelantarse a esta publicidad negativa ahora al aumentar sus inversiones en relaciones públicas y haciendo que sus prácticas se realicen acorde a los movimientos sociales de concientización. Pero, en el futuro, estos intentos se verán exactamente por lo que son: intentos cínicos de engañar al público.
Para realmente adelantarse a los problemas, imagínate que es 2030 y que problemas anteriores como la igualdad social, el ecologismo y la justicia económica se han convertido en la corriente principal. ¿Esperarías aumentar tu presupuesto de relaciones públicas para evitar el juicio de tus prácticas actuales? ¿Serás nombrado y avergonzado con un movimiento como #DecisionsHaveConsequences (las decisiones tienen consecuencias) o está clara tu conciencia?
4. El dinero no es la única medida de éxito
El dinero hace que el mundo gire. O eso dice el refrán. ¿Pero estarán de acuerdo las generaciones futuras? Tal vez excusen nuestro enfoque en el balance final ya que vivimos en una sociedad capitalista, pero dudo que miren con amabilidad a aquellos que buscan maximizar las ganancias sin siquiera intentar hacer del mundo un lugar mejor para sus clientes o empleados.
¿Verá nuestra futura sociedad a Jeff Bezos como un genio capitalista o como alguien que explotó a sus empleados para ganar riqueza extrema? ¿Admirarán el diseño de vanguardia de Apple o deplorarán el uso de talleres de explotación laboral? ¿Qué pasa con Topshop, Walmart o Sports Direct? Dicho esto, las empresas que invierten en su gente y en el planeta se verán adelantadas a su época y establecerán sus marcas como aquellas que realmente se interesan por estos temas.
Se podría argumentar que ya estamos bien encaminados hacia un mundo postcapitalista, donde el bienestar humano es un factor importante en la economía del libre mercado. Las máquinas inteligentes ya están empezando a optimizar el bienestar humano, tanto a nivel social así como las ganancias, lo que limita el lado destructivo de los mercados libres sin restricciones.
Pero la inteligencia de la máquina no es necesaria para esta transición, simplemente requiere que apuntes a mejorar las vidas de cada persona que toque tu empresa.
5. ¿En qué sentido apunta tu brújula moral?
La desigualdad global es muy alta. La riqueza se concentra cada vez más en manos de multimillonarios que tendrán problemas para gastarla durante el resto de sus vidas. No estoy en contra de la riqueza, pero creo que la sociedad futura juzgará con dureza a aquellos que acumularon riqueza en lugar de reinvertirla.
La cultura bancaria aún elogia e idolatra a quienes acumulan una gran riqueza, pero mi brújula moral me dijo que eso estaba mal, que la escasez y la acumulación de riqueza estaba destruyendo nuestra sociedad.
En cambio, me di cuenta de que podía usar mi experiencia y conocimiento de la industria para ayudar a las regiones en desarrollo que han sido explotadas para crear un plan a largo plazo para la prosperidad. Estos países ricos en recursos a menudo tienen enfoques insostenibles a corto plazo impulsados por empresas «occidentales».
Al implementar planos sustentables, podemos ayudar a estas regiones a trabajar en armonía con la naturaleza para preservar el medio ambiente para las generaciones futuras. Esto no solo conduce a un mayor beneficio a largo plazo, sino que también protege recursos valiosos para el desarrollo futuro. No hay necesidad de elegir entre el beneficio o la sociedad y el medio ambiente, puedes tener ambos.
Puede ser difícil prestar atención a la intuición en el mundo de los negocios. Nos vemos obligados a comprometer nuestra reputación, ética y moralidad personales por el beneficio una y otra vez. Pero escucha esa voz interior, confía en tu intuición.
¿Estás generando ganancias en una búsqueda de estatus o estás trabajando en armonía con la naturaleza y la gente local para generar riqueza para todos? ¿Tu empresa pone el valor y la sostenibilidad a largo plazo antes que los objetivos a corto plazo o está explotando el mundo para beneficio propio?
Las sociedades futuras no serán amables con la reputación de aquellos que se mienten a sí mismos o a los demás. Sé honesto, valiente y haz cambios para mejorar.
Fuente: Solomon, David. “How to Future-Proof Your Business Reputation”. ByteStart
https://www.bytestart.co.uk/future-proof-business-reputation.html