No hace falta decir que la reputación importa. El impacto es más evidente en algunas áreas (salud, restaurantes) que en otras, pero el problema nos afecta a todos en algún nivel, si no a diario, entonces en momentos particularmente importantes, como una entrevista de trabajo o antes de una cita.

La reputación también es una espada que corta en ambos sentidos. Como Warren Buffet reflexionó: “Lleva 20 años construir una reputación, y cinco minutos arruinarla”. En la era de Internet, cuando las noticias, buenas o malas, se difunden a la velocidad de la luz, esos 5 minutos podrían haberse comprimido en 50 segundos.

¿Por qué todo el alboroto sobre la reputación online?

Las empresas y las personas están invirtiendo miles de millones de dólares cada año en iniciativas de gestión de la reputación online (ORM por sus siglas en inglés). Los motivos son de gran alcance y se unen en las siguientes dos categorías:

Las reputaciones positivas impulsan nuevos negocios de calidad

Aunque el crecimiento de Internet ha provocado un cambio tectónico en la ejecución de programas de marketing y publicidad, aún se aplican muchas reglas probadas, incluidos los beneficios asociados con una percepción generalmente favorable entre los grupos de público objetivo. Muchos estrategas de marketing sostienen que las relaciones públicas son la herramienta más efectiva en su arsenal, y las tecnologías y tácticas digitales han permitido a las pequeñas y medianas empresas difundir sus productos por una fracción de lo que habría costado una década atrás. Considere los éxitos de la estrella de reality Kim Kardashian, la cantante Taylor Swift y el presidente Donald Trump, todos ellos se beneficiaron extraordinariamente de las sólidas plataformas de redes sociales. Y para cada personalidad de alto perfil que ha ganado fama en las redes sociales, hay miles de personas y compañías que han avanzado sus causas usando tácticas similares.

Las noticias negativas, si no se gestionan de manera efectiva, pueden tener efectos devastadores

Todos hemos escuchado las historias: una publicación de Facebook desaconsejable, un arresto por conducir en estado de ebriedad, o un fallo en el juicio captado en video ha provocado protestas públicas y un despido. Ejemplos como estos están bien documentados, y la mayoría de las personas hoy en día son más inteligentes para evitar tales errores. Menos conocidas, sin embargo, son las instancias en las que un evaluador, puede ser un miembro del personal de recursos humanos o un profesional de adquisiciones, está haciendo una búsqueda de referencias y tropieza con una desfavorable en línea, luego no se ofrece un trabajo o un proyecto va “en una dirección diferente”. Es este tipo de escenarios la versión digital del “asesino silencioso”, que a la mayoría de nosotros debe preocuparnos, porque rara vez recibiremos comentarios específicos al respecto para tomar en cuenta. De hecho, en muchos casos, el individuo u organización que se encuentra en el otro extremo de la discusión podría estar legalmente obligado a no compartir información específica. No requiere una crisis pública muy conocida para que se anule una oferta de trabajo o se cancele un proyecto antes de que comience.

Paso 1: Entiende tu punto de referencia

No importa en qué negocio te encuentres, lo primero que querrás hacer como parte de una iniciativa de optimización de reputación online es llevar a cabo una auditoría sobre ti o tu empresa para obtener una comprensión firme de lo que ya existe. Afortunadamente, el proceso es sencillo.

Con dos navegadores y dos motores de búsqueda, Google Chrome y Microsoft IE o Edge y Bing, desplázate hasta la esquina superior derecha e inicia una sesión de navegación “de incógnito” o “privada” antes de realizar la búsqueda. Esto asegurará una consulta limpia, ya que el motor de búsqueda ofrece resultados únicos en función del historial de navegación y la ubicación. Usar un navegador anónimo mitigará el impacto.

Con esta configuración establecida, realiza búsquedas en la versión más común de tu nombre y documente los resultados utilizando una hoja de cálculo y capturas de pantalla. Esto te permitirá establecer tu punto de referencia, con lo cual se medirás el progreso.

Ten en cuenta tu ocupación y nivel de experiencia al recopilar estos datos. Por razones obvias, un universitario recién graduado o una nueva empresa tendrán un conjunto relativamente escaso de resultados en comparación con los veteranos de la industria. De cualquier manera, querrás hurgar por un tiempo y tener una idea de lo que hay y lo impactante o no que parece.

Paso 2: Pasar al ataque

Después de que hayas estudiado tu huella digital, es hora de ponerte a la ofensiva. Una regla empírica generalmente aceptada en el negocio de la reputación online es “un ataque formidable es la mejor defensa”. La variable tiempo, cuando se publicó cierto contenido, es un factor importante en los algoritmos de los motores de búsqueda. Esto significa que un contenido publicado en enero de 2018 -con todas las demás variables iguales (palabras clave, longitud, links entrantes, etc.)- es más valioso que un contenido similar publicado en enero de 2016.

Desde una perspectiva práctica, esto significa que debes ser tan activo en Internet como sea posible. Sin embargo, no todas las actividades son igualmente valiosas, por lo que querrás enfocarte en las siguientes áreas:

LinkedIn: Desde una perspectiva de marca personal, LinkedIn es el estándar indiscutible. Dedica un tiempo considerable para familiarizarte con la plataforma y optimizar tu contenido. (Invierte los US$600 para obtener una cuenta premium si deseas mover las cosas especialmente rápido). Podrás reutilizar gran parte del trabajo en otras áreas de Internet, y a menos que seas Richard Branson o Elon Musk, tu perfil de LinkedIn será el primer, segundo o tercer resultado en la búsqueda de tu nombre.

Twitter: Sigue siendo una especie de trabajo en desarrollo, ya que aún es una plataforma comercial y personal (en comparación con Facebook, que es principalmente personal y centrado en el B2C, al menos en los Estados Unidos), pero realmente influye mucho cuando se trata de pulir una marca personal online. Otra ventaja: si ya tienes una cuenta personal en esta red y no quieres que sea también tu cuenta de negocios, es fácil lanzar una nueva cuenta y crearla rápidamente. Para la mayoría de las personas, una cuenta de Twitter orientada a los negocios con 500 o más seguidores es adecuada.

Google: Su rol en la mayoría de las estrategias ORM es doble:

1) Para crear una cuenta de Gmail que servirá como la dirección de correo electrónico principal de un individuo, siempre me sorprende la cantidad de personas con las que hablo y que continúan usando su e-mail corporativo para uso personal, una mala idea.

2) Permitir a las personas construir un perfil a través de Google+. Para estar seguro, la plataforma de Google+ no evolucionó hasta convertirse en lo que la compañía esperaba que fuera en su lanzamiento en el 2011. Sin embargo ayuda con el rendimiento de SEO, por lo que es un uso de tiempo que vale la pena cuando se persiguen las estrategias de manejo de la reputación onlie.

LinkedIn, Twitter y Google son la columna vertebral del 90% de los clientes ORM. El único momento en que estas plataformas entran en tela de juicio es en situaciones de manejo de crisis: cuando las personas responden a una cobertura específica y negativa que debe mitigarse lo más rápido posible.

Paso 3: La gestión de la reputación online es una maratón, no un sprint

Siempre en busca de una metáfora apropiada para explicar el panorama del manejo de la reputación online a menudo recurrimos a enmarcar los esfuerzos como “más análogos a una maratón que a un sprint”. Dado que Google solo actualiza su base de datos de manera efectiva cada 45 días (no es eso sencillo, pero 45 días es un estándar razonable para monitorear el progreso), eso significa que un programa requiere de manera realista 3 meses (90 días o dos ciclos) para demostrar un impacto significativo.

Si bien el tiempo requerido para abordar una situación puede parecer exorbitante, lo bueno es que una vez establecidas, las estrategias de manejo de la reputación online son persistentes y se mantienen. Ciertamente requieren atención y ser alimentadas continuamente, pero con una estrategia efectiva y un enfoque de optimización, los resultados pueden ser extraordinarios.

Fuente: Bourgeois, Tim. “How to Optimize the Value of Your Online Reputation”. EContent Magazine
http://www.econtentmag.com/Articles/Editorial/Feature/How-to-Optimize-the-Value-of-Your-Online-Reputation-124549.htm